sábado, 2 de septiembre de 2017

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

   "...En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: Un hombre que se iba al extranjero llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda: a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad; y se ausentó. enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó otros cinco. Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos. En cambio el que había recibido uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo, vuelve el señor de aquellos siervos y ajusta cuentas con ellos. Llegándose el que había recibido cinco talentos, presentó otros cinco, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes otros cinco que he ganado. Su señor le dijo: ¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegándose también el de los dos talentos dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes otros dos que he ganado. Su señor le dijo: ¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegándose también el que había recibido un talento dijo: Señor, sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste. Por eso me dio miedo, y fui y escondí en tierra tu talento. Mira, aquí tienes lo que es tuyo. Mas su señor le respondió: Siervo malo y perezoso, sabías que yo cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí; debías, pues, haber entregado mi dinero a los banqueros, y así, al volver yo, habría cobrado lo mío con los intereses. Quitadle, por tanto, su talento y dádselo al que tiene los diez talentos. Porque a todo el que tiene, se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y a ese siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes".
                                                                                                        Mateo 25, 14-30
      Un capital guardado en una caja fuerte no dá réditos.-  Siempre será mejor fracasar tratando de hacer algo, que no haciéndolo. Y el que nos tiene la confianza de confiarnos un capital, sin pedírselo y hasta sin merecerlo, bien merece ser retribuido de la mejor manera. El Señor, que tan bien nos conoce, nos ha dado esos capitales de acuerdo con lo que Él bien sabe que podemos responder. No nos exige más de nuestras capacidades, pero tampoco, menos. ¡Son tantos los dones, carismas, talentos o capitales que Dios nos ha repartido!: Buena voz para cantar, inteligencia notable para enseñar, para dirigir, para construir con las manos, facilidad de palabra para predicar, para leer, para escribir, en fin, para tantas cosas, que, francamente, sería maravilloso que a todos los hiciéramos fructificar, poniendo de nuestra parte todo lo necesario para cultivarlos, en lugar de hacer caso a los temores que pudieran hacernos fracasar, o a los prejuicios y malos entendidos que nos hagan pensar en malas intenciones de quien sólo quiere ayudarnos a conseguir lo mejor para nosotros.
Propósito: Hoy revisaré para aclarar si tengo algún talento especial guardado, solamente depreciándose.
                     ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                   Sábado. Septiembre 2 de 2017
J. RUIZ 

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