viernes, 15 de septiembre de 2017

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

   "...El padre y la madre de Jesús estaban admirados de lo que se decía de él. Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción -¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! - a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones."
                                                 Lucas 2, 33-35
      El dolor no es un castigo, es el precio de querer ser corredentores.-  Y lo supo María, La Corredentora, cuando una espada de dolor atravesó su amoroso corazón mientras, en la cima del Monte Calvario, contemplaba al hijo de sus entrañas, flagelado y colgado de la Cruz, que rememorábamos ayer, por redimirnos con su sangre de las garras del pecado por el que habíamos perdido nuestros derechos de herederos del Padre Misericordioso. Ella, la Madre Dolorosa, perseverando en la oración y en la contemplación de todas esas cosas en su corazón, nos ha ido guiando desde aquellos tiempos hasta hoy, con paso seguro a través de las tormentas de persecuciones que en todos los tiempos se han desatado contra la Iglesia, por medio de su interseción bienhechora y eficaz. Acompañémosla hoy en la soledad de su dolor.
Propósito. Hoy repetiré esta jaculatoria: Dulce Corazón de María, sed la salvación mía.
                 ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                              Viernes. Septiembre 15 de 2017
J. RUIZ 

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