martes, 6 de diciembre de 2016

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

   "...Un día que estaba Jesús enseñando, había sentados algunos fariseos y doctores de la ley que habían venido de todos los pueblos de Galilea y Judea, y de Jerusalén. El poder del Señor le hacía obrar curaciones. En esto, unos hombres trajeron en una camilla a un paralítico y trataban de introducirle, para ponerle delante de él. Pero no encontrando por dónde meterle, a causa de la multitud, subieron al terrado, le bajaron con la camilla a través de las tejas, y le pusieron en medio, delante de Jesús. Viendo Jesús la fe de ellos, dijo: Hombre, tus pecados te quedan perdonados. Los escribas y fariseos empezaron a pensar: ¿Quién es éste, que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?
Conociendo Jesús sus pensamientos, les dijo: ¿Qué estáis pensando en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te quedan perdonados, o decir: Levántate y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados, - dijo al paralítico -: A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa". Y al instante, levantándose delante de ellos, tomó la camilla en que yacía y se fue a su casa, glorificando a Dios. El asombro se apoderó de todos, y glorificaban a Dios. Y llenos de temor, decían: Hoy hemos visto cosas increíbles".
                                                                                   Lucas 5, 17-26
       Servir a los demás: esa es la actitud.-  Ayudar a los demás a encontrar a Jesús, como los amigos del paralítico del Evangelio de hoy, debe ser la misión del cristiano. Ayudarles a vencer todos los obstáculos, a remover todos los "tejados" y todas las "multitudes" que se interpongan en el camino, para que el Señor, al ver la fe que se manifiesta en esa amistad, lo sane, y nos sane, integralmente: de la parálisis del cuerpo que no nos permite desenvolvernos con eficiencia y dignidad, y de la parálisis espiritual, que nos impide adelantar en el camino de nuestra propia salvación, diciéndonos: Hombre, tus pecados te quedan perdonados. Y no nos asombremos de que Él pueda hacerlo, porque Él lo dijo y su Palabra se cumplirá. Más bien alabemos a Dios dándole gracias por tantas maravillas y por tantas cosas increíbles que nos ha sido permitido ver.
Propósito: Hoy daré gracias al Padre, de manera especial, por la vida maravillosa que me ha sido concedida.
                      ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                         Lunes. Diciembre 5 de 2016
J. RUIZ

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