miércoles, 5 de octubre de 2016

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

   "...Y sucedió que, estando Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos. Él les dijo: Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación".
                                                         Lucas 11, 1-4
       La oración debe ser una relación de amor filial con el Padre, antes que una relación de temor con el poder y la autoridad. Con la tranquila confianza con que un hijo conversa con su padre para contarle todo lo que está pasando con él y con los que le rodean, talvez para darle una alegría o para solicitarle un consejo o alguna otra ayuda. Así deben ser nuestros momentos de intimidad con Dios, Padre bueno y verdaderamente misericordioso como ningún otro, para contarle nuestros proyectos, nuestras alegrías, nuestras tristezas, miedos y preocupaciones, con la confianza absoluta de que siempre seremos escuchados y de que siempre conseguiremos la ayuda solicitada. No necesitamos mucho tiempo ni muchas ni hermosas palabras. Sólo digámosle con fe y humildad sinceras: "Señor, aquí está Juan..."y ya Él sabrá todo lo demás.
Propósito: Hoy, y en adelante, procuraré que mi oración sea lo más sencilla y confiada posible.
                    ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                     Miércoles. Octubre 5 de 2016
J. RUIZ

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