domingo, 23 de agosto de 2015

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

 
 
La caridad y la misericordia van más allá de la justicia   "...En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: El Reino de los Cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo y les dijo: Id también vosotros a mi viña y os pagaré lo debido. Ellos fueron. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: ¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar? Le respondieron: Nadie nos ha contratado. Él les dijo: Id también vosotros a mi viña. Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz: Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros. Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: Estos últimos han trabajado sólo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno. Él replicó a uno de ellos: Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno? Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos".
                                                        Mateo 20, 1-16
       Si de sola justicia se tratara todavía nosotros no habríamos sido redimidos, ni tendríamos esperanza de serlo. Simplemente se nos quitaría aquello que nos fue dado gratuitamente y que rechazamos cuando pecamos: en justicia, no merecemos la Redención. Pero la misericordia del Señor es infinita. Así como el propietario de la viña, que es Él mismo, pensó que igual, o talvez más, necesitaban los trabajadores que no habían sido contratados, para llevar a sus hogares y le pagó lo mismo que a los otros, así vio nuestra angustia por lo que habíamos perdido y tuvo compasión y misericordia para devolvernos el Reino que desde siempre estuvo destinado para nosotros. El amor a Dios y la vocación de servicio a los demás siempre darán como fruto compasión y misericordia, y la caridad será la forma de expresarlas. Y la envidia siempre tratará de destruirlas: tengámosla lejos de nosotros.
Propósito: Hoy procuraré sentirme alegre por las buenas noticias que puedan recibir mis relacionados.
                  ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                   Miércoles. Agosto 19 de 2015
J. RUIZ

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