viernes, 21 de agosto de 2015

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

 
Si quieres recibir el pan de la Vida Eterna, cree   "...Cuando la gente vio que Jesús no estaba allí, ni tampoco sus discípulos, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaúm, en busca de Jesús. Al encontrarle a la orilla del mar, le dijeron: Rabbí, ¿cuándo has llegado aquí? Jesús les respondió: En verdad, en verdad os digo: vosotros me buscáis, no porque habéis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado. Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre, porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello. Ellos le dijeron: ¿Qué hemos de hacer para obrar las obras de Dios? Jesús les respondió: La obra de Dios es que creáis en quien él ha enviado. Ellos entonces le dijeron: ¿Qué señal haces para que viéndola creamos en ti? ¿Qué obra realizas? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, según está escrito: Pan del cielo les dio a comer. Jesús les respondió: En verdad, en verdad os digo: No fue Moisés quien os dio el pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo. Entonces le dijeron: Señor, danos siempre de ese pan. Les dijo Jesús: Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed".
                                                                                      Juan 6, 24-35
       Hace una semana la enseñanza de Jesús para nosotros fue: compartir, para que no haga falta nada, y sobre. Hoy nos enseña que si queremos ser saciados con el pan que da la vida eterna, tenemos que creer en quien el Señor ha enviado. Y ¿a quién ha enviado el Señor?  A Él, a Jesús. Es recibiéndole a Él, creyendo en Él, viviendo como Él nos ha enseñado a vivir, compartiendo con los demás como Él compartió, como nos haremos dignos de recibir el pan que da la vida que no perece. Esas son las "obras de Dios", para que le mostremos que le amamos y que de veras creemos en el que nos envió. Si hacemos así, ya no tendremos más hambre ni padeceremos más sed, porque recibiremos el pan que sacia y permanece para la vida eterna".  
Propósito: Digamos como aquellas multitudes hambrientas: "Señor, danos siempre de ese pan".
                    ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                     Domingo. Agosto 2 de 2015
J. RUIZ

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