sábado, 6 de junio de 2015

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

 
Una viuda pobre echó dos moneditas, todo cuanto poseía   "...En aquel tiempo, enseñaba Jesús a la multitud y les decía: Guardaos de los escribas, que gustan pasear con amplio ropaje, ser saludados en las plazas, ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y que devoran la hacienda de las viudas so capa de largas oraciones. Esos tendrán una sentencia más rigurosa. Jesús se sentó frente al arca del Tesoro y miraba cómo echaba la gente monedas en el arca del Tesoro: muchos ricos echaban mucho. Llegó también una viuda pobre y echó dos moneditas, o sea, una cuarta parte del as. Entonces, llamando a sus discípulos, les dijo: Os digo de verdad que esta viuda pobre ha echado más que todos los que echan en el arca del Tesoro. Pues todos han echado de los que les sobraba, ésta, en cambio, ha echado de lo que necesitaba todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir".
                                                                                                   Marcos 12, 38-44
       Como decía y hacía la Madre Teresa de Calcuta, "hay que dar hasta que duela". Si, después de dar nuestra ofrenda, al templo o a los necesitados, de lo que nos sobra, lo que apenas es justo, y no nos duele, es porque aún no es caridad, aún podemos dar más, dar de lo que nos hace falta, si vemos que otro lo necesita. Como la viuda del relato. Ella no se fija que al dar esas dos moneditas, "todo lo que tenía para vivir", talvez se va a ver en problemas para su subsistencia. Ella sólo ve, sólo se fija, en que otro lo necesita. Y lo deposita casi a escondidas: no le interesa que nadie vea su actitud, no tiene ningún interés en lo que hace, distinto a colaborar, a ayudar. Pero Jesús, "que ve lo escondido", sí se da cuenta y valora el gesto generoso y desinteresado de la mujer, por encima de los que, de lo que les sobra, echan grandes cantidades. Pensemos un poco en la escena evangélica de hoy y comparémosla con lo que ocurre cuando somos nosotros los que damos alguna ofrenda, alguna limosna, y miremos a quién nos parecemos más: a quien da hasta lo que no tiene, aunque le duela, o a los que dan sólo de lo que les sobra y no les hace falta.
Propósito: Hoy procuraré que la ayuda que pueda prestar a alguien sea sin ninguna condición.
                 ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                   Sábado. Junio 6 de 2015
J. RUIZ

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