Fiesta de San Lucas. "...En aquel tiempo, designó el Señor a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir. Y les dijo: La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino. En la casa en que entréis, decid primero: Paz a esta casa. Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros. Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa. En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan; curad los enfermos que haya en ella, y decidles: El Reino de Dios está cerca de vosotros".
Lucas 10, 1-9
A pesar de las llamadas insistentes y constantes del Señor, todavía hoy, la cosecha sigue siendo grande pero los recolectores, pocos. Además de rogar al dueño de ella que envíe operarios a recogerla, debemos estar dispuestos a ser nosotros mismos de esos operarios, porque su llamada no es sólo para aquellos que decidieron en buena hora dedicar su vida a Él de un todo y por todo en la vida consagrada, sino para todos aquellos que queremos ser sus seguidores y que podemos trabajar por la expansión de su Reino desde el lugar en que Él mismo, en su sabiduría infinita, nos ha colocado. Pongámonos en sus manos y dejemos que Él nos guíe.
Propósito: Hoy, además de pedir al Señor por que envíe trabajadores a su mies, procuraré estar disponible para su servicio.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Sábado. Octubre 18 de 2014
J. RUIZ
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