jueves, 7 de agosto de 2014

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

La confesión de Pedro
La confesión de Pedro
   "...Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre? Ellos dijeron: Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas. Él les dijo: Y vosotros ¿quién decís que soy yo?Simón Pedro contestó: Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo. Replicando Jesús le dijo: Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos. Entonces mandó a sus discípulos que no dijesen a nadie que Él era el Cristo. Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que Él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, y ser matado y resucitar al tercer día. Tomándole aparte Pedro, se puso a reprenderle diciendo: ¡Lejos de ti, Señor! ¡De ningún modo te sucederá eso! Pero Él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Escándalo eres para mí, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres!"
                                            Mateo 16, 13-23
       "Porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres". Esta lectura de hoy nos ofrece palabras para múltiples reflexiones: la hermosa y espontánea confesión de Pedro, lo que las gentes piensan de Jesús, lo que nosotros pensamos de Él, la revelación gratuita de la gracia de Dios, el manifiesto de la fundación de la Iglesia, la promesa del acompañamiento permanente de Jesús a la misma, hasta el regaño a Pedro por sus necias palabras, en las que podemos ver, primero que todo, el inmenso amor que siente por su Maestro, lo que lo lleva a no querer que sea posible que le pueda pasar algo tan drástico y horrible como lo que les está anunciando, pero también, que, como nosotros muchas veces, no hemos podido entender que su Reino no es de gloria, facilidades y poder, sino de dificultades y sufrimientos. Este mundo actual del que luchamos por desterrar toda dificultad y por imponer todo el facilismo y todos los placeres posibles (el pensamiento de los hombres), no entiende cómo el camino al Reino de Dios, el Reino de la paz y la felicidad eternas, pueda pasar, tenga que pasar, por el mismo camino de la Cruz y del Calvario (el pensamiento de Dios).
Propósito: Hoy repetiré: Señor, dame ojos para ver y oídos para oir.
                    ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                     Jueves. Agosto 7 de 2014
J. RUIZ

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