jueves, 28 de agosto de 2014

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA



   "...En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre. ¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso, a quien el amo encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas? Pues dichoso ese criado, si el amo, al llegar, lo encuentra portándose así. Os aseguro que le confiará la administración de todos sus bienes. Pero si el criado es un canalla y, pensando que su amo tardará, empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y a beber con los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo y lo hará pedazos, como se merecen los hipócritas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes".
                                                                                                         Mateo 24, 42-51
       En los días anteriores Jesús nos hablaba, desde su Evangelio, de la forma como debemos actuar los cristianos: sin dobleces ni hipocresías, sin aparentar ser, sino siendo. Y hoy nos dice que esta actitud tiene que ser permanente, perseverante. No puede ser de un día, sí y de otro, no. Porque no sabemos ni el día ni la hora en que nos han de tomar cuentas de nuestros actos. No sabemos cuándo vendrá el Señor a visitarnos. En el Apocalipsis 3, 20, dice: "Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo". Talvez, si escuchamos a alguien que tiene una queja, si visitamos a alguien que está solo, si con algo ayudamos a alguien de alguna manera, si recibimos la Eucaristía cada vez que podemos, si hacemos una lectura cuidadosa de la Biblia o de algún libro edificante, o en el momento de nuestra muerte, estemos recibiendo la visita de quien sabemos que vendrá, pero no sabemos el día ni el momento en que lo hará. "¡Vigilad y orad!" permanentemente. Esa es la actitud.
Propósito: Hoy procuraré no olvidar que no conozco el día ni la hora.
                       ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                        Jueves. Agosto 28 de 2014
J. RUIZ

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