martes, 12 de agosto de 2014

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

¿Quién es el mayor?
¿Quién es el mayor?
    "...En aquel tiempo se acercaron a Jesús los discípulos y le dijeron: ¿Quién es, pues, el mayor en el Reino de los Cielos? Él llamó a un niño, le puso en medio de ellos y dijo: Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos. Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el mayor en el Reino de los Cielos. Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe. Guardaos de menospreciar a uno de estos pequeños; porque yo os digo que sus ángeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos. ¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le descarría una de ellas, ¿no dejará en los montes las noventa y nueve, para ir en busca de la descarriada? Y si llega a encontrarla, os digo de verdad que tiene más alegría por ella que por las noventa y nueve no descarriadas. De la misma manera, no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno solo de estos pequeños". 
                                                    Mateo 18, 1-5. 10, 12-24.
       En las citas bíblicas anteriores hemos visto la necesidad de la fe y su valor para la vida espiritual, y cómo esa fe nos era enseñada por personas "pequeñas", humildes, sencillas, sin pretensiones de sobresalir, anónimas. Y ahora Jesús nos dice que esas personas serán las primeras y las más importantes en el Reino de los cielos. Es más: nos asegura que "si no cambiáis y os hacéis como los niños (por su sencillez, humildad y falta de pretensiones), no entraréis en el Reino de los cielos". El problema es que, en esta época de afugias y apuros, con el pretexto, válido o no, de que ambos padres tienen que trabajar, a los niños no los estamos dejando ser niños: los estamos cargando de responsabilidades que no les corresponden, desde muy pequeños, dejándolos al cuidado de personas que, en la mayoría de los casos, no están preparadas para ese oficio tan exigente y permitiéndoles, por no decir que, obligándoles, tomar decisiones que no deberían tomar, por ejemplo, sobre lo que pueden ver en la televisión o en la Internet, o sobre con quién comparten su tiempo libre. ¿Qué estamos haciendo con nuestros niños? ¿Si podría Jesús hoy ponerlos como ejemplo a seguir como lo hizo en su vida entre nosotros?
Propósito: Hoy miraré si he hecho algo por los niños que, por algún motivo, han estado a mi cuidado.
                     ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                      Martes. Agosto 12 de 2014
J. RUIZ

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