UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

Los discípulos de Jesús y el ayuno

   "...En aquel tiempo los escribas y fariseos le dijeron a Jesús: Los discípulos de Juan ayunan frecuentemente y recitan oraciones, igual que los de los fariseos, pero los tuyos comen y beben. Jesús les dijo: ¿Podéis acaso hacer ayunar a los invitados a la boda mientras el novio está con ellos? Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán en aquellos días. Les dijo también una parábola: Nadie rompe un vestido nuevo para echar un remiendo a uno viejo; de otro modo, desgarraría el nuevo, y al viejo no le iría el remiendo del nuevo. Nadie echa tampoco vino nuevo en odres viejos; de otro modo, el vino nuevo reventaría los pellejos, el vino se derramaría, y los odres se echarían a perder; sino que el vino nuevo debe echarse en odres nuevos. Nadie, después de beber el vino añejo, quiere del nuevo porque dice: El añejo es el bueno".

                                                  Lucas 5, 33-39

       Los que ayunan y rezan son los mismos. Sólo que hay tiempos y momentos para cada cosa. Mientras se está en una fiesta de bodas, donde todo es alegría, calor de vida, no es lugar ni momento para ayunar, ni para vestidos de luto, y nadie va a eso, sino a regocijarse con los esposos, y a llevarles sus parabienes. Pero para esas mismas personas, seguramente vendrán tiempos de luto, de tragedias, y entonces ayunarán y harán penitencia. Así, mientras Jesús está con nosotros debe reinar la alegría, ése debe ser nuestro rostro de cada día. Y mientras más permanezcamos con Él, menos llegarán los momentos trágicos y luctuosos, y menos tendremos que ayunar.

Propósito: Hoy procuraré llevar en mi rostro la alegría de ser cristiano.

                                ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !

                                                                                 Viernes. Septiembre 6 de 2013

J. RUIZ