jueves, 12 de septiembre de 2013

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA


 El amor hacia los enemigos
   "...En aquel tiempo Jesús dijo a sus discípulos: Pero yo os digo a los que me escucháis: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen. Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite el manto, no le niegues la túnica. A todo el que te pida, da, y al que tome lo tuyo, no se lo reclames. Y lo que queráis que os hagan los hombres, hacédselo vosotros igualmente. Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Pues también los pecadores aman a los que les aman. Si hacéis bien a los que os lo hacen a vosotros, ¿qué mérito tenéis? ¡También los pecadores hacen otro tanto! Si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a los pecadores para recibir lo correspondiente. Más bien, amad a vuestros enemigos; haced el bien, y prestad sin esperar nada a cambio; y vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los ingratos y los perversos. Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá".
                                                                                                            Lucas 6, 27-38
        "No juzguéis y no seréis juzgados". ¿Será que algún día dejaremos de andar emitiendo juicios acerca de las actuaciones de todo el mundo? No olvidemos que las circunstancias hacen la diferencia. Un mismo hecho, una aparentemente misma forma de actuar, pueden darse en circunstancias totalmente diferentes, pueden ocurrir por motivos totalmente distintos, por lo que los que los ejecutan pueden tener una responsabilidad en ellos también totalmente diferente. Las motivaciones están en el corazón del hombre y a éste sólo lo conoce Dios. Entonces Él es el único que podrá juzgarnos y emitir sentencia. Nosotros tratemos de ser compasivos como lo es Él, intentando comprender al hermano y ofreciéndole nuestra misericordia y nuestra ayuda.
Propósito: Hoy evitaré especialmente conversaciones en las que se cuestione la actuación de alguien.
                           ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                           Jueves. Septiembre 12 de 2013
J. RUIZ

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