jueves, 8 de agosto de 2013

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

La confesión de Pedro
La confesión de Pedro
    "...En aquel tiempo llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?Ellos dijeron: Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas. Díceles : Y vosotros ¿quién decís que soy yo? Simón Pedro contestó: Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo. Jesús le dijo: Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos. A partir de entonces, comenzó Jesús a anunciar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén para padecer allí mucho de manos de los ancianos, los sumos sacerdotes y de los escribas; que tenía que ser condenado a muerte y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y trató de disuadirlo, diciéndole: No lo permita Dios, Señor. Eso no puede suceder a ti. Pero Jesús le volvió a Pedro y le dijo: ¡Apártate de mí, Satanás, y no intentes hacerme tropezar en mi camino, porque tu modo de pensar no es el de Dios, sino de los hombres!"
                                                                                                         Mateo 16, 13-23
       Después de la hermosa y sentida confesión de Pedro: "Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo", y de su exaltación a base y cabeza de la Iglesia, y de que le confiere los poderes para atar y desatar, aquí en la tierra, y de prometerle las llaves del Reino de los cielos, viene la reprimenda y jalón de orejas que, con toda seguridad debió hacer aterrizar otra vez al buen Pedro: ¡Apártate de mí, Satanás...tu pensamiento no es el de Dios, sino el de los hombres". Todo esto para hacernos caer en cuenta de que debemos aceptar humildemente, pasando por encima de nuestra soberbia, como hizo Pedro, que el camino del Reino pasa por la lomita del Calvario y que debemos hacerlo con nuestra propia cruz a cuestas. Por otro lado podemos considerar que, aquellos poderes para "atar y desatar", conferidos a Pedro, están hoy en manos de nuestro Papa Francisco, quien está, precisamente, tratando de desatar los nudos que han estado atando a la Iglesia durante tantos años a costumbres y tradiciones que la han tenido anquilosada y anclada, y buscando la forma de hacerle desplegar las velas a los vientos de la vida actual, sin ningún temor, recordando siempre que "las puertas del Hades no prevalecerán contra ella".
Propósito: Hoy trataré de vencer, con la ayuda de Jesús y de María, la soberbia que a veces me hace olvidar la Cruz.
                               ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                               Jueves. Agosto 8 de 2013
J. RUIZ

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