martes, 13 de agosto de 2013

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA


El más grande en el  Cielo
El más grande en el Cielo
   "...En aquel tiempo se acercaron a Jesús los discípulos y le dijeron: ¿Quién es, pues, el mayor en el Reino de los Cielos? Él llamó a un niño, le puso en medio de ellos y dijo: Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos. Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el mayor en el Reino de los Cielos. Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe. Guardaos de menospreciar a uno de estos pequeños; porque yo os digo que sus ángeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos. ¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le descarría una de ellas, ¿no dejará en los montes las noventa y nueve, para ir en busca de la descarriada? Y si llega a encontrarla, os digo de verdad que tiene más alegría por ella que por las noventa y nueve no descarriadas. De la misma manera, no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno solo de estos pequeños". 
               Mateo 18, 1-5. 10, 12-24.
       En los días anteriores los Evangelios nos han hablado de la ambición por las riquezas y los bienes terrenales, y de la vanidad de ellas, pues no perduran ni tienen ningún valor para la vida eterna. La ambición de tener. Hoy la liturgia de la Iglesia trae un pasaje Evangélico donde trata de la ambición por el poder, la ambición de ser. De ser el primero, de ser el mejor, de ser el más reconocido. Y Jesús, con la claridad del ejemplo, nos explica que "si no os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los cielos". El asunto está, no en ser como niños, sino en "hacerse como niños". Esto es, que si somos inteligentes, talvez brillantes, por la bondad infinita de Dios, no hagamos ostentación de ello ante los demás, que no perdamos la sencillez ni la tranquilidad, así como un niño a quien estas cosas no trasnochan ni les da mayor importancia.
Propósito: Hoy pediré a mi ángel de la guarda me ayude a alejar de mí los deseos de mostrar, con ostentación, lo que Él me ha concedido.
                          ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                           Martes. Agosto 13 de 2013
J. RUIZ

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