miércoles, 21 de agosto de 2013

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

Parábola de los trabajadores de la viña
Parábola de los trabajadores de la viña
   "...En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: El Reino de los Cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo y les dijo: Id también vosotros a mi viña y os pagaré lo debido. Ellos fueron. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: ¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar? Le respondieron: Nadie nos ha contratado. Él les dijo: Id también vosotros a mi viña. Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz: Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros. Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: Estos últimos han trabajado sólo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno. Él replicó a uno de ellos: Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno? Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos".
                                                      Mateo 20, 1-16
       La misericordia y la caridad van más allá de la justicia, es la enseñanza de esta parábola. Jesús tuvo compasión de los que estaban sin trabajo y remunera con el mismo jornal a los que estuvieron trabajando todo el día en su campo y con quienes había convenido un salario, por lo que no comete ninguna injusticia, como ellos pretenden, y a los que sólo vinieron a última hora y a quienes sólo había prometido darles lo justo. Talvez su compasión se debió a que pensó en la angustia de pasarse casi todo el día buscando un trabajo sin hallarlo, y quiso compensarlos. Y además, Él da a cada uno lo que quiere, lo que para cada uno considera justo, y su misericordia se extiende sobre cada uno según su propia medida y su propio tiempo. Agradezcamos, amemos y sirvamos, confiando siempre en su justicia y en su misericordia infinitas, que Él siempre nos dará más de lo que somos capaces de esperar.
Propósito: Hoy, procuraré no sentir envidia por los bienes o el bienestar de los demás, sino sólo confianza en la justicia y misericordia divinas.
                                ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                                 Miércoles. Agosto 21 de 2013
J. RUIZ

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