lunes, 3 de junio de 2013

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

Parábola de los viñadores
Parábola de los viñadores
    "...En aquel tiempo Jesús se puso a hablarles en parábolas a los sumos sacerdotes: Un hombre plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó un lagar y edificó una torre; la arrendó a unos labradores, y se ausentó. Envió un siervo a los labradores a su debido tiempo para recibir de ellos una parte de los frutos de la viña. Ellos le agarraron, le golpearon y le despacharon con las manos vacías. De nuevo les envió a otro siervo; también a éste le descalabraron y le insultaron. Y envió a otro y a éste le mataron; y también a otros muchos, hiriendo a unos, matando a otros. Todavía le quedaba un hijo querido; les envió a éste, el último, diciendo: A mi hijo le respetarán. Pero aquellos labradores dijeron entre sí: Este es el heredero. Vamos, matémosle, y será nuestra la herencia. Le agarraron, le mataron y le echaron fuera de la viña. ¿Qué hará el dueño de la viña? Vendrá y dará muerte a los labradores y entregará la viña a otros. ¿No habéis leído esta Escritura: La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos? Trataban de detenerle - pero tuvieron miedo a la gente - porque habían comprendido que la parábola la había dicho por ellos. Y dejándole, se fueron".
                                                                                                       Marcos 12, 1-12
        Las parábolas o comparaciones con enseñanzas de vida, a las que Jesús era tan aficionado, tenían validez y aplicación en su tiempo, las tienen en la actualidad y las tendrán siempre, hasta la consumación de los siglos, cuando al fin hayamos entendido cabalmente sus lecciones. En la de hoy, nosotros podemos ser esos labradores arrendatarios que debemos dar cuenta de la renta por los frutos de la viña, a los enviados del Dueño Bondadoso, que son, como los profetas de su tiempo, los sacerdotes, los amigos, los padres y maestros, en fin, todos aquellos que, de alguna manera, se preocupan por nuestro bienestar, y contra los que nosotros, muchas veces, reaccionamos de mala manera, recibiéndolos mal, tratándolos mal y hasta agrediéndolos con nuestras palabras y con nuestras críticas  desobligantes. Examinémonos  para ver cómo está nuestra relación con los enviados del Señor de la viña , para que no vamos a actuar como los de la parábola, pues, si somos como ellos, nos la quitarán, acabarán con nosotros y la arrendarán a otros.
Propósito: Hoy pediré las luces del Espíritu Santo para que me ayude a comprender la Palabra que hay en las parábolas de Jesús.
                      ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                       Lunes. Junio 3 de 2013 
J. RUIZ

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