UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

Declaración del segundo precepto    "...En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Habéis oído también que se dijo a los antepasados: No perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos. Pues yo digo que no juréis en modo alguno: ni por el Cielo, porque es el trono de Dios, ni por la Tierra, porque es el escabel de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran rey. Ni tampoco jures por tu cabeza, porque ni a uno solo de tus cabellos puedes hacerlo blanco o negro. Sea vuestro lenguaje: "Sí, sí"; "no, no": que lo que pasa de aquí viene del Maligno".                                   Mateo 5, 33-37.        Continúa Jesús explicándonos los mandamientos. Hoy se refiere al que, por el gran respeto que tenían los israelitas por el nombre de Dios, les ordenaba "no jurar su santo nombre en vano", o no perjurar. Y, como Él no vino a abolir la ley sino a cumplimentarla, nos dice ahora "que no juréis en modo alguno". Que nuestro lenguaje debe ser lo más preciso y conciso posible, diciendo siempre la verdad. Esta es siempre más fácil de explicar que la mentira. El mundo de hoy que exige tantos juramentos y testimonios para poder dar credibilidad a algo, es porque se ha acostumbrado a las vueltas y revueltas con el lenguaje para tratar de explicar lo que no es posible. Andar en la verdad debe ser otro signo del cristiano, porque Jesús es la Verdad. Propósito: Hoy seré consciente de decir siempre la verdad.                           ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !                                                                            Sábado. Junio 15 de 2013 J. RUIZ