jueves, 5 de octubre de 2017

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

   "...En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir. Y les dijo: La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino. En la casa en que entréis, decid primero: Paz a esta casa. Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros. Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa. En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan; curad los enfermos que haya en ella, y decidles: El Reino de Dios está cerca de vosotros. En la ciudad en que entréis y no os reciban, salid a sus plazas y decid: Hasta el polvo de vuestra ciudad que se nos ha pegado a los pies, os lo sacudimos. Pero sabed, con todo, que el Reino de Dios está cerca. Os digo que en aquel Día habrá menos rigor para Sodoma que para aquella ciudad".
                                                                      Lucas 10, 1-12
      La misión es muy grande. Por eso todos hemos sido llamados a tomar aparte en ella.- Desde nuestro bautismo hemos sido llamados a colaborar en la proclamación del Nuevo Reino. Todos. No sólo los doce primeros, pilares de la misión, ni los setenta y dos siguientes de quienes nos habla hoy el Evangelio. Todos, desde nuestra posición personal en el mundo, debemos colaborar con nuestros talentos y carismas para que le Reino del amor sea cada día una realidad más y más palpable, hasta lograr cambiar este estado de cosas terrenal, en el que parece haber cualquier tipo de cosas, menos amor y justicia, perdón y misericordia. Pero Dios está con nosotros, si escuchamos su Palabra y la ponemos en práctica, recordando siempre que la caridad es amar a Dios y servir a los demás. Por otra parte no nos preocupemos más allá de lo justo por los medios y la logística que, como nos enseñó Santa Teresita del Niño Jesús, Patrona universal, con San Francisco Javier, de las Misiones, de todas esas cosas pequeñas se encarga Dios para hacer de ellas las cosas más grandes a nuestro favor.
Propósito: Hoy procuraré tener siempre presente que, cualquier cosa que haga, puede ser la manera como Dios quiere que colabore en la proclamación de su Reino.
                ¡ FELIZ DÍA JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                   Jueves. Octubre 5 de 2017
J. RUIZ 

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