lunes, 23 de octubre de 2017

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

   "...Uno de la gente le dijo a Jesús: Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo. El le respondió: ¡Hombre! ¿quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros? Y les dijo: Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aun en la abundancia, la vida de uno no está asegurada por sus bienes. Les dijo una parábola: Los campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto; y pensaba entre sí, diciendo: ¿Qué haré, pues no tengo donde reunir mi cosecha? Y dijo: Voy a hacer esto: Voy a demoler mis graneros, y edificaré otros más grandes y reuniré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea. Pero Dios le dijo: ¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién serán? Así es el que atesora riquezas para sí, y no se enriquece en orden a Dios".
                                                                                                    Lucas 12, 13-21
       La codicia y la avaricia, los ídolos de hoy, no tienen sentido: lo que obtenemos con ellos no nos sirve para nada.- Y todo gira hoy en el mundo en torno a cómo producir, tener, consumir y acumular más y más bienes materiales, como el hombre rico del Evangelio de hoy, sin que caigamos en cuenta de que no podemos siquiera hacer planes con ellos, pues no somos dueños de nada, y aun nuestra vida es donación gratuita del Padre misericordioso que, cuando quiera, dispondrá, Él sí, de ella. Así que dejemos de preocuparnos tanto por sumar utilidades en la cuenta del Banco, o bienes en el Registro de propiedades, que nada de eso nos podremos llevar cuando nos vayamos, y ese viaje sí es seguro. Utilicemos todo lo que Dios disponga  en nuestras manos para procurar el mejor estar de los que tienen muy poco o no tienen nada, y poder ser así, buenos administradores de talentos y capitales en el Reino que estamos ayudando a expandir.
Propósito: Hoy haré una especial meditación sobre la inutilidad de las riquezas materiales para mi vida interior, si no son compartidas con quien más las necesita.
                    ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                        Lunes. Octubre 23 de 2017
J. RUIZ 

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