"...Decía Jesús en aquel tiempo: Estén ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas, y sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran. Dichosos los siervos, que el señor al venir encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá. Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, si los encuentra así, ¡dichosos de ellos!"
Lucas 12, 35-38
Otra Bienaventuranza: ¡dichosos aquellos a quienes el Señor encuentre despiertos y vigilantes!.- Y se pondrá el overol, el delantal, y les servirá. ¡Imagínense: uno, pobre siervo inútil, servido por el Señor, como en la memorable escena de la Última Cena! La cuestión que Jesús quiere resaltar en este Evangelio, es que siempre debemos estar listos para no dejar al mal, representado en el demonio, apoderarse de nuestra vida. Porque él siempre está en plan de conquista, atacando por todos lados y de todas las formas posibles: atacando con males físicos, ofreciendo prebendas y goces terrenales y efímeros, tratando de distraer nuestra atención para que, cuando venga el Señor, no nos demos cuenta y Él pase de largo. Vigilantes y orantes, es la consigna.
Propósito: Hoy procuraré estar lo más que pueda, en oración, atento a Jesús que pasa.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Martes. Octubre 24 de 2017
J. RUIZ
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