"...Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Acudió tanta gente, que tuvo que subirse a una barca; se sentó y la gente se quedó de pie en la orilla. Les habló mucho rato en parábolas: Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero en cuanto salió el sol, se abrasó, y por falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento: otros, sesenta: otros, treinta. El que tenga oídos, que oiga".
Mateo 13, 1-9
"...Jesús salió de casa...".- Jesús, el Sembrador, salió a sembrar la semilla. ¿No se parece esto a la "Iglesia en salida" del Papa Francisco? Y es que, para sembrar, hay que salir de casa, "ir a las periferias", a los campos en donde la tierra es fértil, húmeda, blanda y receptiva. Los campos y caminos asfaltados talvez son buenos para caminar, pero no para sembrar. Ni los áridos y secos, ni los que están llenos de plantas espinosas. Hagamos la comparación de estos campos galileos que Jesús nombraba en sus parábolas, con los campos nuestros personales, si queremos sembrar la Buena Noticia, para escoger dónde podrá dar mejores frutos. Y si queremos ser tierra , ¿cuál escogeríamos ser para dar también mejores frutos y rendir al ciento por uno?
Propósito: Hoy, Señor, quiero escoger ser "tierra buena" en donde tu Palabra, semilla de Vida Eterna, pueda frutecer con buen rendimiento.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Miércoles. Julio 26 de 2017
J. RUIZ
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