sábado, 22 de julio de 2017

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

   "...El primer día después del sábado, estando todavía oscuro, fue María Magdalena al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó a correr, llegó a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto. María se había quedado llorando junto al sepulcro de Jesús. Sin dejar de llorar, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados en el lugar donde había estado el cuerpo de Jesús, uno en la cabecera y el otro junto a los pies. Los ángeles le preguntaron: ¿Por qué estás llorando, mujer?. Ella les contestó: Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo habrán puesto. Dicho esto, miró hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero no sabía que era Jesús. Entonces él le dijo: Mujer, ¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas?. Ella, creyendo que era el jardinero, le respondió: Señor, si tú te lo llevaste, dime dónde lo han puesto. Jesús le dijo: ¡María!. Ella se volvió y exclamó: ¡Rabbuní!, que en hebreo significa maestro. Jesús le dijo: No me retengas, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: Subo a mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios. María Magdalena se fue a ver a los discípulos y les anunció: ¡He visto a mi Señor!, y les contó lo que Jesús le había dicho".
                                                                                                          Juan 20,1.11-18
      María Magdalena buscaba el amor...y lo encontró.- Porque si al Amor se le busca con humildad y con el corazón dispuesto, siempre se le encontrará, porque Jesús, Amor, sale al encuentro de los enamorados. Y el amor de la de Magdala, fruto del perdón, amó mucho porque se le perdonó mucho. Ella siempre estuvo ahí, desde que conoció a Jesús, firme, como el primero entre los apóstoles, en las buenas de la Resurrección, como en las malas de la Cruz y el sufrimiento. Sólo pedía que se le permitiera estar con Él y su única y urgente preocupación era que no sabía "dónde le han puesto". Hermoso ejemplo de amor desinteresado, total e incondicional, el que tenemos para seguir, hasta que podamos decir como ella:"He visto a mi Señor".
Propósito: Hoy me preguntaré, como Magdalena: "¿dónde han puesto a mi Señor?", hasta que lo encuentre.
                    ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                               Sábado. Julio 22 de 2017
J. RUIZ 

No hay comentarios:

Publicar un comentario