domingo, 4 de junio de 2017

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

SECUENCIA DE LA MISA DE PENTECOSTÉS

Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequia,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.

 "...Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: La paz esté con ustedes. Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría.De nuevo les dijo Jesús: La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo. Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: Reciban al Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar".                                                                                             Juan 20, 19-23
      Nadie puede proclamar al Señor Jesús, si no es por acción del Espíritu Santo.- Así dice Pablo, y el Evangelio de hoy, narrando los acontecimientos de aquellos días, nos cuenta cómo, pocos días después de haber ascendido Jesús a los cielos, vuelve al lugar donde estaban reunidos los discípulos y, después de saludarlos, deseándoles la paz, sopla sobre ellos y el Espíritu Santo les es infundido en sus mentes y en sus corazones, llenándolos de alegría, de amor y de valentía, pues estaban escondidos por miedo a los judíos, y los hace salir a proclamar, delante de todos, judíos y paganos de todas partes, el nombre del Señor, sus enseñanzas y la Buena Noticia del Reino que ahora comienza. A nosotros, como discípulos de hoy, nos ha llegado el día de salir también, sin temor y con alegría, a cumplir con esa misma misión de proclamar, con el ejemplo y con las palabras que el Espíritu se encargue de poner en nuestros labios, esa Buena Nueva de esperanza en un cielo nuevo y una tierra nueva.-
Propósito: Hoy mi oración será: Ven, Espíritu Santo: ilumíname, guíame y fortaléceme.
                      ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                            Domingo. Junio 4 de 2017
J. RUIZ

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