miércoles, 20 de abril de 2011

Significado del Miércoles Santo

Mateo nos cuenta lo que ocurre entre Jesús y los suyos en la víspera de su muerte. Mt 26, 14-25. La noche ya envolvía la ciudad y los peregrinos que venían a la pascua continuaban llegando. Un aire de fiesta lo invade todo, una especie de canto de liberación. Judas guarda silencio, parece inconsciente de haber vendido a su Señor como un esclavo. Todos intuyen que ha llegado la hora y Jesús está ahí libre y decidido.

¿Cómo vivir este día?
A la traición de Judas, Jesús responde con la entrega morosa de su vida. Ahí está firme y decidido. “A mí la vida no me la quitan, yo la doy”. Es también para nosotros la hora de la decisión. ¿Con quién estamos, con Cristo o contra Cristo? La respuesta no la daremos a palabras; serán nuestros hechos, nuestra manera de vivir y de relacionarnos con los otros la única respuesta verdadera.
¿Estamos siendo causa de vida, de alegría y esperanza para los que viven más cerca de nosotros?
¿La traición, el engaño y la inconsciencia de Judas tendrá algo que decirnos?
La Confesión Sacramental de estos días es como el sello del camino de conversión que iniciamos desde la Cuaresma y expresa nuestro deseo de participar en la Pasión del Señor, muriendo a nuestra vida de egoísmo y de pecado. (Cfr. Rm 6, 1-14).

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