"...En aquel tiempo, Jesús fue con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto, y entraron allí él y sus discípulos. Judas, el traidor, conocía también el sitio, porque Jesús se reunía a menudo allí con sus discípulos. Entonces Judas tomó un batallón de soldados y guardias de los sumos sacerdotes y de los fariseos y entró en el huerto con linternas, antorchas y armas. Jesús, sabiendo todo lo que iba a suceder, se adelantó y les dijo: ¿A quién buscan?. Le contestaron: A Jesús, el nazareno. Les dijo Jesús: Yo soy. Estaba también con ellos Judas, el traidor. Al decirles Yo soy, retrocedieron y cayeron a tierra. Jesús les volvió a preguntar:¿A quién buscan?. Ellos dijeron: A Jesús, el nazareno. Jesús contestó: Les he dicho que soy yo. Si me buscan a mí, dejen que éstos se vayan. Así se cumplió lo que Jesús había dicho: No he perdido a ninguno de los que me diste. Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió a un criado del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. Este criado se llamaba Malco. Dijo entonces Jesús a Pedro: Mete la espada en la vaina. ¿No voy a beber el cáliz que me ha dado mi Padre?...".
Juan 18,1-19,42
Hoy, Viernes Santo, es día para contemplación y reflexión.- En esta semana han ocurrido tantas cosas y tan extraordinarias que nuestras pobres mentes limitadas no han sido capaces de asimilar. Un Dios que se hace hombre, con todas nuestras limitaciones, menos el pecado, para venir a padecer semejantes suplicios y torturas, únicamente porque nos quiere tanto que no nos quiere perder y quiere rescatarnos a costa de su propia vida y de su sangre. Una semana de traiciones, de promesas incumplidas, de gestos generosos, de entregas sin condiciones y de cobardes negaciones. Pero también de lágrimas desconsoladas implorando perdón con el arrepentimiento sincero. Hemos conocido de todo lo que es capaz el hombre: lo bueno y lo malo. Es necesario, pues, que en un ambiente de paz y tranquilidad, tratemos de interpretar todos estos gestos y señales de acuerdo con la voluntad eterna del Padre Misericordioso, para que, dentro de tres días, seamos también capaces de resucitar con Jesús a la gloria de su victoria, final y definitiva, sobre la misma muerte. Contemplación, meditación, petición de perdón y esperanza de salvación.
Propósito: Hoy procuraré tener lecturas que me ayuden a la contemplación de tantos misterios.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Viernes. Abril 19 de 2019
J. RUIZ
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