sábado, 23 de marzo de 2019

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA


   "...En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este acoge a los pecadores y come con ellos. Entonces les dijo esta parábola. Dijo: Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo al padre: Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde. Y él les repartió la hacienda. Pocos días después el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó su hacienda viviendo como un libertino. Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país, y comenzó a pasar necesidad. Entonces, fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel país, que le envió a sus fincas a apacentar puercos. Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los puercos, pero nadie se las daba. Y entrando en sí mismo, dijo: ¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre! Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros. Y, levantándose, partió hacia su padre. Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente. El hijo le dijo: Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo. Pero el padre dijo a sus siervos: Traed aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies. Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado. Y comenzaron la fiesta. Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas; y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Él le dijo: Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano. El se irritó y no quería entrar. Salió su padre, y le suplicaba. Pero él replicó a su padre: Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos; y ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el novillo cebado! Pero él le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado."
       Lucas 15, 1-3.11-32
      Todos los hijos tenemos derecho a regresar a la casa de nuestro padre.- Así como tenemos derecho a reclamar nuestra herencia. Pero resulta que también tenemos deberes. Los bienes, las riquezas que heredamos gratuitamente, son para usarlas rectamente, de tal modo que no se agoten, que no se acaben, sino que se multipliquen, que den frutos abundantes y sanos. Pero nuestro Padre de la Misericordia es tan bueno que, si regresamos después de acabar con su herencia, humildes y arrepentidos, encontraremos sus brazos abiertos, como su corazón, y su boca cerrada para los reproches, dispuesto a darnos su perdón sin condiciones. Y ni nuestro hermano mayor tendría derecho a reprocharnos ya que tenemos, todos los hijos, no sólo los buenos, el derecho gratuitamente concedido por nuestro Padre, a volver arrepentidos  su casa. Nunca seremos capaces de agradecer lo suficiente la misericordia de Dios. 
Propósito: Hoy quiero dar gracias a Dios de todo corazón por su misericordia infinita que me permite levantarme después de cada caída.
                       ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                           Sábado. Marzo 23 de 2019
J. RUIZ

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