Lucas 4, 1-13
Nuestra identidad, como cristianos, es ser hijos de Dios, como lo es Jesús.- Y las tentaciones del demonio están dirigidas precisamente a hacernos perder esa identidad, que está arraigada en la convicción de nuestra fe que, por don gratuito de Dios y talvez por la tradición de nuestros padres, hemos recibido. Esa identidad son nuestras raíces. Y ya sabemos lo que le ocurre a una planta que pierde sus raíces: se seca y muere. Y esas tentaciones lo que buscan es probar la salud y resistencia de nuestras raíces. Si han sido alimentadas con oración, ayunos y limosnas, seguramente serán robustas y aguantarán todos los embates del maligno, como ocurrió con Jesús. Pidamos, pues, al Buen Maestro, como dice en su oración al Padre, que "no nos dejes caer en tentación", pero que no nos las quite porque ellas son nuestro ejercicio de resistencia.
Propósito: Hoy meditaré en cuáles puedan ser mis mayores tentaciones que puedan poner en peligro mi identidad de cristiano.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Domingo. Marzo 10 de 2019
J. RUIZ
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