lunes, 4 de febrero de 2019

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA


  "...En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a la región de los gerasenos. Apenas saltó de la barca, vino a su encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con espíritu inmundo que moraba en los sepulcros y a quien nadie podía ya tenerle atado ni siquiera con cadenas, pues muchas veces le habían atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie podía dominarle. Y siempre, noche y día, andaba entre los sepulcros y por los montes, dando gritos e hiriéndose con piedras. Al ver de lejos a Jesús, corrió y se postró ante él y gritó con gran voz: ¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes. Es que Él le había dicho: Espíritu inmundo, sal de este hombre. Y le preguntó: ¿Cuál es tu nombre? Le contesta: Mi nombre es Legión, porque somos muchos. Y le suplicaba con insistencia que no los echara fuera de la región. Había allí una gran piara de puercos que pacían al pie del monte; y le suplicaron: Envíanos a los puercos para que entremos en ellos. Y se lo permitió. Entonces los espíritus inmundos salieron y entraron en los puercos, y la piara - unos 2000 - se arrojó al mar de lo alto del precipicio y se fueron ahogando en el mar. Los porqueros huyeron y lo contaron por la ciudad y por las aldeas; y salió la gente a ver qué era lo que había ocurrido. Llegan donde Jesús y ven al endemoniado, al que había tenido la Legión, sentado, vestido y en su sano juicio, y se llenaron de temor. Los que lo habían visto les contaron lo ocurrido al endemoniado y lo de los puercos. Entonces comenzaron a rogarle que se alejara de su término. Y al subir a la barca, el que había estado endemoniado le pedía estar con Él. Pero no se lo concedió, sino que le dijo: Vete a tu casa, donde los tuyos, y cuéntales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido compasión de ti. Él se fue y empezó a proclamar por la Decápolis todo lo que Jesús había hecho con él, y todos quedaban maravillados".
                                                                                                              Marcos 5, 1-20

      ¿Seremos nosotros de los que pedimos a Dios que "no nos atormente" cuando Él lo que quiere es liberarnos?.- Nosotros muchas veces vivimos, como aquel poseído, en condiciones similares de marginación por los tantos demonios que nos esclavizan y encadenan: el egoismo, la glotonería, la insensibilidad ante el sufrimiento ajeno, la incomprensión de nuestros hermanos, el silencio cómplice ante las injusticias con ellos, y, en fin, tantos demonios que andan por este mundo de hoy materialista y consumista que no nos deja ni respirar. Y cuando alguien como Jesús viene a romper esas cadenas y a darnos la libertad, le pedimos que no se meta con nosotros, que nos deje en paz. Afortunadamente Él es sólo Amor y contra el amor nadie puede. Y su compasión y misericordia son imbatibles y el mal nunca podrá prevalecer contra ellas. Y nos liberará, aunque dos mil cerdos se pierdan en el mar.
Propósito: Hoy quiero "contar lo que el Señor ha hecho conmigo".
                   ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                               Lunes. Febrero 4 de 2019
J. RUIZ 

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