Marcos 2, 1-12
La Palabra de Dios es poderosa, tanto si pedimos para nosotros, como si intercedemos por los demás.- Pero primero tenemos que tener fe y humildad para creer que se hará lo que pedimos, si conviene, y para no importarnos derribar barreras, si las hay. Porque, como dice Pablo a los hebreos: "...pero el mensaje que oyeron no les sirvió de nada a quienes no se adhirieron por la fe, a los que lo habían escuchado". Con la fe, todo; sin la fe, nada. Por eso la fe de aquellos cuatro amigos que llevaban al paralítico es digna de admiración y de tratar de emularla. Creían que Jesús, el Maestro, podría curar al enfermo, y no les importó que no hubiera por dónde entrar a su presencia: con humildad, a riesgo de hacer el ridículo, se las ingeniaron para llegar hasta Él y, efectivamente, conseguir lo que querían para su amigo. Ante una fe humilde Jesús, Dios, queda desarmado y no tiene sino que hacer lo que se le pide.
Propósito: Hoy pediré de manera especial por alguien que sepa que está en alguna necesidad.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Viernes. Enero 18 de 2019
J. RUIZ
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