"...En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Pasado el sufrimiento de aquellos días, el sol se oscurecerá y la luna no dará resplandor; las estrellas caerán del cielo y las fuerzas celestiales se tambalearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre entre nubes con gran poder y gloria; él enviará entonces a los ángeles y reunirá de los cuatro vientos a sus elegidos, desde el extremo de la tierra al extremo del cielo. Fíjense en el ejemplo de la higuera: cuando sus ramas se ponen tiernas y brotan las hojas, saben que el verano está cerca. Pues lo mismo ustedes, cuando vean que suceden estas cosas, sepan que el Hijo del hombre ya está cerca, a la puerta. Les aseguro que no pasará esta generación sin que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. En cuanto al día aquel y a la hora, nadie sabe nada, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, sino sólo el Padre".Marcos 13, 24-32
Si somos coherentes con lo que decimos creer y profesar, no tenemos porqué temer a la muerte.- Será el encuentro glorioso con nuestro bien más preciado: Cristo Jesús, nuestro Salvador. Y comenzará la vida verdadera que, por más que la hayamos soñado, no nos hemos acercado ni a un pálido reflejo. Para que esta espera sea alegre debe apoyarse en la esperanza que nos da el conocer la Palabra del Padre Bueno, que nunca pasará, aunque todo lo demás desaparezca, y en ella así nos lo promete, y también nos dice que nunca dejará de cumplirse, ya que Él es eternamente fiel. Esmerémonos, pues, en leer la Sagrada Escritura, porque ella es la Fuente de todo bien, mientras con alegría esperamos su presencia.
Propósito: Hoy leeré con alegría la Palabra con la conciencia de que nunca dejará de cumplirse su poder.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Domingo. Noviembre 18 de 2018
J. RUIZ
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