viernes, 13 de noviembre de 2015

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

 
 
A veces, perdiendo, se gana más   "...En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre. Comían, bebían, tomaban mujer o marido, hasta el día en que entró Noé en el arca; vino el diluvio y los hizo perecer a todos. Lo mismo, como sucedió en los días de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, construían; pero el día que salió Lot de Sodoma, Dios hizo llover fuego y azufre del cielo y los hizo perecer a todos. Lo mismo sucederá el Día en que el Hijo del hombre se manifieste. Aquel Día, el que esté en el terrado y tenga sus enseres en casa, no baje a recogerlos; y de igual modo, el que esté en el campo, no se vuelva atrás. Acordaos de la mujer de Lot. Quien intente guardar su vida, la perderá; y quien la pierda, la conservará. Yo os lo digo: aquella noche estarán dos en un mismo lecho: uno será tomado y el otro dejado; habrá dos mujeres moliendo juntas: una será tomada y la otra dejada. Y le dijeron: ¿Dónde, Señor? Él les respondió: Donde esté el cuerpo, allí también se reunirán los buitres".
                                                                    Lucas 17, 26-37
       Y tenía razón Maturana, el entrenador de la selección Colombia/94: "A veces, perdiendo también se gana". Y se la da nadie menos que Jesús: "Quien intente guardar su vida, la perderá; y quien la pierda, la conservará". No es que no podamos comer ni beber, tomar marido o mujer, comprar o vender, plantar o construir. Lo que no debemos es hacer todo esto como si no hubiera nada más; como si fuéramos autosuficientes y no necesitáramos ya de Dios ni de su compasión, perdón y misericordia. A veces el desarrollo tecnológico y la capacidad del hombre para concebir y ejecutar obras maravillosas e impresionantes, nos confunden y nos pueden hacer creer que eso es sólo obra nuestra, que allí no está presente la mano poderosa y bondadosa de Dios. Se nos olvida la Torre de Babel y queremos llegar hasta el cielo por nuestros propios medios, por nuestros propios méritos. Reconozcamos humildemente que para Él es el honor y la gloria, sólo somos sus instrumentos; perdamos el orgullo y la prepotencia y ganaremos el puesto en el Reino del amor, de la justicia y de la paz.
Propósito: Hoy recordaré quién y qué es lo primero que debe estar en mi vida.
                 ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                  Viernes. Noviembre 13 de 2015 
J. RUIZ

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