UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

                               
                                                 SÁBADO SANTO

         Silencio y soledad cubren el mundo. El Rey y Señor del universo descansa al fin de todas esas torturas y de todo ese sufrimiento que fueron necesarios para terminar la obra de la creación, para forjar nuevamente al hombre libre que el Creador quiso que fuera. La nueva alianza ha sido sellada y refrendada con la sangre de Cristo y nos aprestamos a comenzar la Nueva Vida en el Reino de Amor y de Justicia que, mañana con su Resurrección gloriosa, será instaurado.Y dos mujeres esperan con nosotros: María, la Madre de Jesús y María, la de Magdala, su discípula y amiga entrañable. Con ellas podemos pasar este día, en el que la liturgia no contempla lecturas para reflexionar, meditando todo el Evangelio para poder entender todo el misterio y toda la grandeza que nos han traído hasta las puertas de nuestra liberación, como hacía María de Nazareth que guardaba todas estas cosas meditándolas en su corazón. Preparémonos, pues. Dejemos la tristeza de la muerte, que ya viene la alegría de la Resurrección.

Propósito: Hoy leeré lo más que pueda de los Evangelios pidiendo a la vez luces al Espíritu Santo que me ayuden a comprender mejor la grandeza de esa Historia de Amor.

                  ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO ¡

                                                                         Sábado. Abril 4 de 2015

J. RUIZ