Juan 6, 44-51
La vida que no se acaba, la vida que trasciende, la vida eterna, es la que nuestro espíritu busca permanentemente sin encontrarla en ninguna de las innumerables cosas que el mundo terrenal nos ofrece, porque todas son efímeras, duraderas, intrascendentes. Esa vida sólo la dá el "pan vivo, bajado del cielo": Jesús, quien hoy nos asegura: "Yo soy el pan de la vida" y "si uno come de este pan, vivirá para siempre". Es lo que hemos de creer porque "el que cree, tiene vida eterna". Y hemos de creerlo así porque acabamos de conmemorar el gran misterio del amor divino, cuando un Dios, el Único, se abajó hasta la mínima estatura de su creatura para demostrarnos cómo nos ama.
Propósito: Hoy meditaré sobre la grandeza que significa el que el Padre se haga uno conmigo por amor.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Jueves. Abril 23 de 2015
J. RUIZ
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