viernes, 10 de abril de 2015

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

"Echad la red a la derecha..."   "...Después de esto, se manifestó Jesús otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Se manifestó de esta manera. Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. Simón Pedro les dice: Voy a pescar. Le contestan ellos: También nosotros vamos contigo. Fueron y subieron a la barca, pero aquella noche no pescaron nada. Cuando ya amaneció, estaba Jesús en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Díceles Jesús: Muchachos, ¿no tenéis pescado? Le contestaron: No. El les dijo: Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis. La echaron, pues, y ya no podían arrastrarla por la abundancia de peces. El discípulo a quien Jesús amaba dice entonces a Pedro: Es el Señor, se puso el vestido - pues estaba desnudo - y se lanzó al mar. Los demás discípulos vinieron en la barca, arrastrando la red con los peces; pues no distaban mucho de tierra, sino unos doscientos codos. Nada más saltar a tierra, ven preparadas unas brasas y un pez sobre ellas y pan. Díceles Jesús: Traed algunos de los peces que acabáis de pescar. Subió Simón Pedro y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y, aun siendo tantos, no se rompió la red. Jesús les dice: Venid y comed. Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: ¿Quién eres tú?, sabiendo que era el Señor. Viene entonces Jesús, toma el pan y se lo da; y de igual modo el pez. Esta fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos después de resucitar de entre los muertos".
            Juan 21, 1-14
       Los discípulos estaban en sus labores, estaban pescando, lo que era su trabajo habitual. Y allí se aparece Jesús, como para indicarnos que no necesitamos ir a algún lugar especial para encontrarle. Él está en cualquier lugar, Él nos busca en todos los lugares: en el templo, pero también en la Eucaristía, en nuestro trabajo, en los rostros cansados de los que sufren por cualquier motivo, y que podemos encontrar en nuestro diario caminar. Para reconocerlo sólo falta que tengamos el corazón dispuesto, como "el discípulo a quien Jesús amaba", y podamos decir con él: "es el Señor"; y como Pedro quien, al oir que era el Señor, sin pensar más, se arroja al agua para llegar primero. Y obedecer sus indicaciones, sin cuestionamientos aunque seamos expertos, para "echar las redes a la derecha", como Él nos dice, y obtener así los mejores frutos.
Propósito: Hoy estaré atento a encontrarme con Jesús en mis labores habituales.
                ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                       Viernes. Abril 10 de 2015
J. RUIZ

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