domingo, 12 de abril de 2015

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

                                        FIESTA DE LA DIVINA MISERICORDIA

"¡Señor mío y Dios mío!"   "...Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: La paz con vosotros. Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío. Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos. Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: Hemos visto al Señor. Pero él les contestó: Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré. Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: La paz con vosotros. Luego dice a Tomás: Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente. Tomás le contestó: Señor mío y Dios mío. Dícele Jesús: Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído. Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro. Estas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre".
           Juan 20, 19-31
       Cuántos, como Tomás, nos las damos de pragmáticos o de racionalistas, sin darnos cuenta de que para creer en Jesús no necesitamos razón solamente, sino, especialmente, corazón dispuesto y abierto para recibir la alegría que dan la paz y la tranquilidad de espíritu al saber que Jesús sí ha vencido a la muerte, que ha resucitado y que ahora se nos manifiesta en toda su gloria y esplendor para prometernos, una vez más, que no nos abandonará y estará con nosotros hasta el final de los tiempos, ejercitando con todos su Misericordia sin límites ni condiciones. La Pascua, como la fe, hay que vivirlas en comunidad. Es allí, en el compartir con los hermanos,en donde Jesús se pone en medio de nosotros, para repartir a manos llenas su Misericordia, cuya fiesta, además, celebramos hoy de manera especial pues el Papa Francisco ha convocado a un Año Santo de la Misericordia, según anunció el 13 de Marzo, a partir del 8 de Diciembre de este año hasta el 20 de Noviembre de 2016. Ojalá la consideración de la Misericordia infinita del Padre, a quien todo se lo debemos, traiga muchos frutos para gloria suya y para nuestra espiritualidad. 
Propósito: Hoy será para mí un día de acción de gracias al Padre por su infinita Misericordia para conmigo.
                   ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                          Domingo. Abril 12 de 2015
J. RUIZ

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