martes, 31 de marzo de 2015

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

Traición y oscuridad   "...Cuando dijo estas palabras, Jesús se turbó en su interior y declaró: En verdad, en verdad os digo que uno de vosotros me entregará. Los discípulos se miraban unos a otros, sin saber de quién hablaba. Uno de sus discípulos, el que Jesús amaba, estaba a la mesa al lado de Jesús. Simón Pedro le hace una seña y le dice: Pregúntale de quién está hablando. El, recostándose sobre el pecho de Jesús, le dice: Señor, ¿quién es? Le responde Jesús: Es aquel a quien dé el bocado que voy a mojar. Y, mojando el bocado, le toma y se lo da a Judas, hijo de Simón Iscariote. Y entonces, tras el bocado, entró en él Satanás. Jesús le dice: Lo que vas a hacer, hazlo pronto. Pero ninguno de los comensales entendió por qué se lo decía. Como Judas tenía la bolsa, algunos pensaban que Jesús quería decirle: Compra lo que nos hace falta para la fiesta, o que diera algo a los pobres. En cuanto tomó Judas el bocado, salió. Era de noche. Cuando salió, dice Jesús: ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo y le glorificará pronto. Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros. Vosotros me buscaréis, y, lo mismo que les dije a los judíos, que adonde yo voy, vosotros no podéis venir, os digo también ahora a vosotros. Simón Pedro le dice: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: Adonde yo voy no puedes seguirme ahora; me seguirás más tarde. Pedro le dice: ¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti. Le responde Jesús: ¿Que darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes que tú me hayas negado tres veces".
                                                                                                 Juan 13, 21-33.36-38
       La liturgia de hoy trae un Evangelio que habla de noche, tinieblas y traiciones. Cuando Judas, después de recibir de manos de Jesús el bocado con el que lo señalaba como el que lo había de entregar, salió de donde celebraban la cena, era de noche. Y cuando Pedro niega a Jesús ante los sirvientes del sumo sacerdote, también era de noche. Cuando, por cualquier circunstancia nos alejamos del Maestro, siempre habrá oscuridad y tinieblas, siempre será noche. Judas comete su falta por avaricia que le ciega y le lleva a ser hipócrita y a dejarse poseer por la soberbia que no le permite volver atrás. Pedro hace lo que hace por cobardía y físico miedo. Pero su buena voluntad, nobleza, amor y generosidad, le permiten arrepentirse, llorar amarga y humildemente y volver para convertirse en la roca inexpugnable en que Jesús edificará su Iglesia. Escojamos nosotros la actitud que queramos llevar en adelante: la una nos llevará a las tinieblas de la noche eterna y la otra, a la luz resplandeciente de la gloria sin término del Reino de los cielos.
Propósito: Hoy pediré al Señor me permita vivir siempre a la luz de sus palabras para poder derrotar la oscuridad.
                   ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                          Martes. Marzo 31 de 2015
J. RUIZ

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