Tomar cada día la cruz y seguirle. "...En aquel tiempo, dijo Jesús: El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día. Decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará. Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina?".
Lucas 9, 22-25
Desde el comienzo Jesús fue muy claro en sus exigencias: "si alguno quiere acompañarme (en este proyecto de vida que es la Buena Nueva que os traigo), que no se busque a sí mismo, que tome su cruz de cada día y me siga". La propuesta no es como muy atractiva para este mundo tan pagado de sí mismo y tan acostumbrado al facilismo y a la comodidad. Eso de tomar cada día la cruz de nuestras pequeñas o grandes dificultades y solucionarlas con alegría y amor, como que no encaja. Pero es porque somos muy egoístas, estamos muy centrados en nosotros mismos lo que no nos deja ver un poco más allá de nuestras narices. Si dejamos el acelere y pensamos un poco, veremos que, más allá del camino y de la cima del Calvario con su cruz atemorizante, está la Gloria de la Resurrección esperando a quienes, con Cristo sean capaces de llegar."¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina?" Pensar en eso fue lo que hizo a San Francisco Javier, nuestro Patrono, ser quien llegó a ser. Pero el paquete es completo: si la queremos tendremos que tomar sus beneficios y también las responsabilidades y dificultades del camino que lleva hasta ella. ¿Nos apuntamos?
Propósito: Hoy procuraré tomar con alegría y esperanza las dificultades que se me puedan presentar en mi camino.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO, PROCLAMO !
Jueves. Febrero 19 de 2015
J. RUIZ
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