miércoles, 16 de enero de 2013

UN TIEMPITO PARA DIOS


Curación de la suegra de Pedro
Curación de la suegra de Pedro
   "...Cuando salió de la sinagoga se fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre; y le hablan de ella. Se acercó y, tomándola de la mano, la levantó. La fiebre la dejó y ella se puso a servirles. Al atardecer, a la puesta del sol, le trajeron todos los enfermos y endemoniados; la ciudad entera estaba agolpada a la puerta. Jesús curó a muchos que se encontraban mal de diversas enfermedades y expulsó muchos demonios. Y no dejaba hablar a los demonios, pues le conocían. De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se levantó, salió y fue a un lugar solitario y allí se puso a hacer oración. Simón y sus compañeros fueron en su busca; al encontrarle, le dicen: Todos te buscan. El les dice: Vayamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para que también allí predique; pues para eso he salido. Y recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios".
                                                                                                           Marcos 1, 29-39                                                                                                                                                         
       Jesús, el dueño del tiempo, sacaba tiempo para orar. Lo hacía siempre, unas veces de madrugada, y otras, tarde en la noche, después de los trajines del día. Pero su relación con el Padre era continua, amorosa y confiada. Preferiblemente buscaba lugares silenciosos y en solitario, para mayor intimidad con Él. Esa era su preparación para el cabal cumplimiento de su misión: orar, curar y predicar. Orar al Padre; sanar el cuerpo, curando a los enfermos, y sanar el alma, expulsando a los demonios; y predicar la Buena Noticia, la llegada del Reino de Dios a los hombres, que se da cuando reconocemos su presencia en los desprotegidos de la sociedad y les servimos como si de Él mismo se tratara. ¡Cómo es de importante la oración! Y nosotros decimos: no tengo tiempo para rezar, mis muchas ocupaciones no me dejan espacio para dedicarlo a eso. No podemos seguir así. Hay que sacar el "Tiempito para Dios" para poder recibir de Él la fuerza y la ayuda necesarias para enfrentar con éxito la lucha diaria por la expansión del Reino de Dios, que, al fin y al cabo, es lo único que importa para quien se dice cristiano.
Propósito: Hoy revisaré mi agenda para incluir, si no lo he hecho, el tiempo para la comunicación con mi Padre.
                             ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                            Miércoles. Enero 16 de 2013
J. RUIZ

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