domingo, 7 de enero de 2018

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA


   "...En aquel tiempo Juan predicaba diciendo: Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo; y no soy digno de desatarle, inclinándome, la correa de sus sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo. Y sucedió que por aquellos días vino Jesús desde Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán. En cuanto salió del agua vio que los cielos se rasgaban y que el Espíritu, en forma de paloma, bajaba a él. Y se oyó una voz que venía de los cielos: Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco".
                                                     Marcos 1, 7-11

   Dios nos recuerda que somos sus hijos.- Y esto es una realidad aunque pueda ser difícil de creer, pues, nuestras limitadas facultades no pueden entender que un Dios quiera que seamos sus hijos. Si Él es todo poderoso ¿para qué puede querer que nosotros, tan débiles, tan frágiles, tan llenos de miserias, seamos sus hijos? La única explicación sería: por amor. Porque nos quiere tanto - al fin y al cabo somos sus criaturas - que no quiere que ninguno nos perdamos. Y entonces decide hacerse nuestro Padre para protegernos, para cuidarnos, para salvarnos. Y nos manda a su "Hijo amado, en quien me complazco" para darnos la noticia y para llamarnos a que cambiemos de vida, a que vivamos de acuerdo con ese rango divino, a que seamos santos, como lo es Él. Y en el bautismo esa es su primera llamada, antes de que podamos comprenderlo. Hoy la Iglesia nos lo recuerda y reitera su llamado a la conversión, para que luchemos por alcanzar el fin para el que fuimos creados.
Propósito: Hoy sacaré pequeños espacios para recordar que soy Hijo de Dios, con muchos privilegios y prebendas, pero también con responsabilidades.
                 ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                                 Domingo. Enero 7 de 2018
J. RUIZ

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