martes, 2 de enero de 2018

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA


   "...Éste es el testimonio que dio Juan el Bautista, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén a unos sacerdotes y levitas para preguntarle: ¿Quién eres tú? Él reconoció y no negó quién era. Él afirmó: Yo no soy el Mesías. De nuevo le preguntaron: ¿Quién eres, pues? ¿Eres Elías? El les respondió: No soy. ¿Eres el profeta? Respondió:No. Le dijeron: Entonces dinos quién eres, para poder llevar una respuesta a los que nos enviaron.¿Qué dices de ti mismo?" Juan les contestó: Yo soy la voz que grita en el desierto: Enderecen el camino del Señor, como anunció el profeta Isaías. Los enviados, que pertenecían a la secta de los fariseos le preguntaron: Entonces por qué bautizas, si no eres el Mesías, ni Elías ni el profeta? Juan les respondió: Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno, al que ustedes no conocen, alguien que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle las correas de sus sandalias. Esto sucedió en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan bautizaba".
                                                                                                  Juan 1, 19-28
      Juan es el que da testimonio, el que, con su forma de vida, prepara los caminos del Señor.- Y es nuestro modelo de testigo, "el hombre más grande nacido de mujer", como lo llamó Jesús. Tanto con sus palabras a los que lo escuchaban y estaban de acuerdo con él, como con sus reclamos a los poderosos, como Herodes, que no querían hacer caso a sus palabras. Era "la voz que clama en el desierto: enderecen el camino del Señor". Pero, como la mejor forma de predicar es el ejemplo, el fue coherente con su palabra, sin importar ni el qué dirán de los chismosos, ni los halagos de los hipócritas, ni las amenazas de los detentadores del poder, hasta pagar con su propia sangre el valor de ese testimonio. Tratemos de imitarlo como testigos, pero también, siendo, como él, conscientes de no ser más de lo que somos. Aunque podamos tener éxitos no olvidemos que no somos más que "siervos inútiles que sólo hacemos lo que debemos", y que nosotros menos que nadie, somos indignos de "desatar las sandalias de los pies de Aquel que viene".
Propósito: Hoy te pido, Señor, me ayudes a ser tu testigo entre quienes me rodean.
                    ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                            Martes. Enero 2 de 2018
J. RUIZ 

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