miércoles, 7 de enero de 2015

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

Jesús camina sobre el mar   "...En aquel tiempo, después de la multiplicación de los panes, Jesús apremió a sus discípulos a subir a la barca y a ir por delante hacia Betsaida, mientras él despedía a la gente. Después de despedirse de ellos, se fue al monte a orar. Al atardecer, estaba la barca en medio del mar y él, solo, en tierra. Viendo que ellos se fatigaban remando, pues el viento les era contrario, a eso de la cuarta vigilia de la noche viene hacia ellos caminando sobre el mar y quería pasarles de largo. Pero ellos viéndole caminar sobre el mar, creyeron que era un fantasma y se pusieron a gritar, pues todos le habían visto y estaban turbados. Pero él, al instante, les habló, diciéndoles:¡Animo!, que soy yo, no temáis. Subió entonces con ellos a la barca, y el viento se calmó, y quedaron en su interior completamente estupefactos, pues no habían entendido lo de los panes, sino que su mente estaba embotada".
                                                                             Marcos 6, 45-52
       Cuando el niño está solo cualquier cosa puede asustarlo y hacerlo gritar. Pero cuando aparece su padre-madre, lo abraza y le dice: "¡Ánimo!, que soy yo, no temas", todos sus miedos desaparecen, la sonrisa, la felicidad y la confianza vuelven a su cara, aunque permanezca "estupefacto" y turbado porque no comprende bien de dónde salió tan a tiempo para consolarlo. Esa es la imagen hermosa que nos muestra el Evangelio de hoy: Dios, el Padre-Madre bueno, pendiente siempre del bienestar de sus hijos: despide cariñosa y amablemente a los que habían venido a escuchar sus palabras y a sus amigos más cercanos, que tienen que atravesar el Lago, los insta a que se vayan rápido, antes de que la marea les ponga problemas. Y cuando, no obstante, esto ocurre, allí "aparece" Él  para decirles: "¡Ánimo!, que soy yo, no temáis", "y el viento se calmó". Pensemos en lo buen padre que es Dios con nosotros y nos daremos cuenta de que, siempre que el mundo nos ha atrapado en alguna de sus tempestades, allí ha estado Él para calmar los vientos y sacarnos adelante. Fe y confianza, como el niño ante la presencia de su padre.
Propósito: Hoy pondré mi fe y mi confianza en mi Padre-Madre, Dios.
                  ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                         Miércoles. Enero 7 de 2015
J. RUIZ

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