martes, 18 de noviembre de 2014

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

Conversión de Zaqueo.   "...Habiendo entrado Jesús en Jericó, atravesaba la ciudad. Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico. Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura. Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí. Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa. Se apresuró a bajar y le recibió con alegría. Al verlo, todos murmuraban diciendo: Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador. Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré el cuádruplo. Jesús le dijo: Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham, pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido".
                      Lucas 19, 1-10
       En el Evangelio de hoy Jesús nos muestra cómo Dios no se interesa por nuestra vida pasada: quiere para nosotros una vida nueva en la que reinen la alegría, el amor y la paz de la justicia. Y nos pone como ejemplo a Zaqueo, un hombre de no muy buena reputación entre el pueblo pues trabajaba como cobrador de impuestos para los romanos, invasores y opresores del pueblo, y, además, era muy rico. Pero Jesús lo mira cuando trata de verlo subiéndose a un árbol, sin importarle el ridículo que talvez estaba haciendo, pues, por ser de baja estatura, no lograba verlo por entre el gentío. Y, sin más, se hace invitar por él. Y él, lleno de alegría, lo recibe y siente cómo su vida cambia en seguida y decide devolver lo que talvez había cobrado de más, reconociendo su falta pero tratando al mismo tiempo de hacer justicia. Hagamos como Zaqueo: reconozcamos nuestras faltas, no tengamos miedo al qué dirán y convirtámonos de veras. No dejemos pasar la oportunidad, trepémonos a nuestro "árbol" y hagámonos "ver" de Jesús para que también a nosotros, como a Zaqueo nos diga que somos hijos de Abraham y que el Hijo del hombre vino a salvarnos como lo que estaba perdido.
Propósito: Hoy me haré "ver" de Jesús y le invitaré con alegría y pediré su ayuda para que no le deje ya más de mi lado.
                    ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                           Martes. Noviembre 18 de 2014
J. RUIZ

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