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| Vocación de Leví |
"...En aquel tiempo salió Jesús y vio a un publicano llamado Leví, sentado en el despacho de impuestos, y le dijo: Sígueme. El, dejándolo todo, se levantó y le siguió. Leví le ofreció en su casa un gran banquete. Había un gran número de publicanos, y de otros que estaban a la mesa con ellos. Los fariseos y sus escribas murmuraban diciendo a los discípulos: ¿Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores? Les respondió Jesús: No necesitan médico los que están sanos, sino los que están mal. No he venido a llamar a conversión a justos, sino a pecadores".
Lucas 5, 27-32 El llamado de Jesús a la conversión es para los pecadores. Los justos no tienen porqué convertirse. Y, como todos somos pecadores, ese llamado es para todos. No debemos caer en la presunción de que, porque fuimos bautizados, ya estamos salvados. Así lo creían los publicanos, fariseos y maestros de la Ley de aquellos tiempos: estaban convencidos de que, por ser israelitas, hijos de Abraham, ya tenían ganado el Reino de Dios. Por eso no entendían que Jesús, de quien decían que era el Mesías que ellos esperaban, departiera con los que consideraban pecadores o con los extranjeros. Su religión era excluyente: el que no fuera judío o no cumpliera con sus normas, no podía pertenecer a su religión. Pero el Maestro Bueno, con su actuación y con su Palabra lapidaria: "No necesitan médico los sanos, sino los que están mal", los pone en su lugar y les hace saber que la salvación es para todos. No es sino que, con corazón sinceramente dispuesto, busquemos la salud y estemos listos para responder como Leví, al dulce pero perentorio llamado de Jesús: "Sígueme".
Propósito: Hoy seré consciente de que con ser bautizado no basta.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Sábado. Febrero 16 de 2013
J. RUIZ
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