viernes, 12 de octubre de 2018

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA


  "...Y sucedió que, estando Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos. Él les dijo: Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación".
                                                             Lucas 11, 1-4

      Eso es la oración: conversación directa, al grano, con confianza, con el Padre.- No son necesarias largas parrafadas con palabras rebuscadas ni rimbombantes para hacernos entender por Él ya que, como todo buen padre, "aún antes de que le pidamos, ya sabe lo que necesitamos". Sólo necesitamos la sencillez del niño y su confianza en el poder y el amor del Padre para que todos nuestros problemas encuentre la solución más acertada y rápida. Pero debemos ser insistentes, perseverantes, en la oración. Debe ser, la oración, algo cotidiano. En los buenos y en los malos momentos. En los primeros, para agradecerlos con alegría, y en los segundos, para invocar su ayuda con fe y con esperanza. Y no olvidemos que Él es el Padre de todos y que, por lo tanto, somos todos hermanos. Por eso le decimos: "Padre nuestro"
Propósito: Hoy tendré muy presente que nuestro Padre nunca nos niega nada que sea para nuestro bien.
                     ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                          Miércoles. Octubre 10 de 2018
J. RUIZ

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