miércoles, 9 de marzo de 2016

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

Escuchar la Palabra de Dios y creer en el Enviado   "... En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos (que lo censuraban por haber curado en sábado): Mi Padre trabaja hasta ahora, y yo también trabajo. Por eso los judíos trataban con mayor empeño de matarle, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose a sí mismo igual a Dios. Jesús, pues, tomando la palabra, les decía:En verdad, en verdad os digo: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre: lo que hace él, eso también lo hace igualmente el Hijo. Porque el Padre quiere al Hijo y le muestra todo lo que él hace. Y le mostrará obras aún mayores que estas, para que os asombréis. Porque, como el Padre resucita a los muertos y les da la vida, así también el Hijo da la vida a los que quiere. Porque el Padre no juzga a nadie; sino que todo juicio lo ha entregado al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que lo ha enviado. En verdad, en verdad os digo: el que escucha mi Palabra y cree en el que me ha enviado, tiene vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida. En verdad, en verdad os digo: llega la hora (ya estamos en ella), en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán. Porque, como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le ha dado al Hijo tener vida en sí mismo, y le ha dado poder para juzgar, porque es Hijo del hombre. No os extrañéis de esto: llega la hora en que todos los que estén en los sepulcros oirán su voz y saldrán los que hayan hecho el bien para una resurrección de vida, y los que hayan hecho el mal, para una resurrección de juicio. Y no puedo hacer nada por mi cuenta: juzgo según lo que oigo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado".
                                                                                                             Juan 5, 17-30
       Hoy debemos dar un testimonio de fe. ¿Sí creo yo que Jesús, el Enviado de Dios, es también Dios? ¿ Sí creo que Él tiene el poder de perdonar mis faltas? ¿Me da pena hablar de Él a los demás? ¿Y si Él no hubiera hablado a su Padre de mí? Estaría perdido, irremediablemente. Si no escucho o leo su Palabra ni creo en que Él es el Enviado del Padre, no podré alcanzar la vida eterna que tanto añoro y que tanto busco. Debo leer y creer en su Palabra, aunque a veces me pueda parecer difícil de entender o dura de cumplir. Pero esto lo puedo remediar recordando siempre que el Padre es amor, perdón y misericordia y que Jesús vino únicamente a salvarnos, pagando la deuda que teníamos pendiente, y que, sólo con su vida, pasión y muerte, podía ser cancelada, siempre que también nosotros ejercitemos el amor, el perdón y la misericordia con los demás, como Él nos lo enseñó.
Propósito: Hoy trataré de hablar con alguien sobre la Palabra de Dios.
      ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                        Miércoles. Marzo 9 de 2016
J. RUIZ

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