"Padre nuestro", son las dos palabras que nos abren la puerta del corazón del Padre. Por algo Jesús, al enseñarnos a orar, nos dijo que comenzáramos así. Desgraciadamente hoy en día hay tantos niños que no tienen la dicha de saber lo que es un padre. Talvez por eso no comprendan en toda su dimensión el comienzo de esta oración. Un padre sabe todo de su hijo: cómo ha sido, cómo es y lo que necesita para seguir siendo cada vez más feliz y mejor persona. Pero el padre no quiere que haya odios ni rencores entre sus hijos para que pueda existir la paz, que el mundo no da, pero que es el Reino de Dios que Jesús, su Hijo Mayor, trajo hasta nosotros. Procuremos ser tan rápidos para olvidar las ofensas como lo somos para desentendernos de los favores que nos hacen, y el Padre nos perdonará a nosotros y comenzará a reinar en nuestros corazones. En nuestras dificultades recordemos esta oración y con ella invoquemos su ayuda y tengamos la seguridad de que, como el mejor de los padres, nos responderá de la manera más conveniente para nuestro bien.
Propósito: Hoy repetiré lo más que pueda: "Padre nuestro".
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
J. RUIZ
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