Ayer fue la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús y hoy es la del Corazón Inmaculado de María. Fiestas en que se celebra el amor. El amor inmenso, como nadie más lo ha tenido pero al cual todos tenemos que tratar de imitar, si queremos llegar un día a la Casa del Padre a disfrutar, con Jesús y con María, de la plenitud del Amor total y por toda la eternidad. Mientras tanto el ejercicio para intentar acercarnos a él es con los demás: tratar de amar y servir a los otros como si de Jesús mismo se tratara. Es el mandamiento que él mismo nos dió, y que, como María con las cosas que iban pasando a su alrededor, debemos guardar y meditar en nuestro corazón, para hacerlas vida en nuestro diario acontecer. Y, aunque sabemos que Jesús nos busca siempre, pues no quiere que ninguna de sus ovejas se pierda, también debemos nosotros buscarle a Él cuando, como María, creemos que le hemos perdido en algún recodo de los caminos de la vida.
Propósito: Hoy repetiré, cada que lo recuerde: Dulce Corazón de María, sed la salvación mía.
Y, sobre todo, que no me deje "perder" de los dominios de su Hijo.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
J. RUIZ
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