"Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial" "...En aquellos días dijo Jesús: Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial ".
¡Menuda tarea nos ha dejado Jesús! Nada menos que ser perfectos como lo es nuestro Padre celestial. Y ser perfectos como Él, es "Sed misericordiosos como vuestro Padre celestial es misericordioso". (Lucas 6, 36). Otra vez el complemento de la Ley: no basta con amar al prójimo y odiar al enemigo, como decía la Ley. Hay que amar a nuestros enemigos, pues hacerlo sólo con quienes nos aman no tendría gracia: eso lo hacen todos, por lo general. La perfección es ir más allá de lo que ordena la Ley: amar y dar sin esperar recompensa, sin utilizar calculadora, sin condiciones. En una palabra: ser misericordioso como lo es el Padre. Los cristianos tenemos que aprender a reconocer a Jesús en los rostros, afligidos y cansados, de todos los que sufren y a tener por ellos, como Él las tenía, compasión y misericordia, sin límite ni medida.
Propósito: Hoy recordaré el Evangelio del Domingo pasado acerca de la semilla que crece sin que nos demos cuenta, y que hay sembrada en nosotros "semilla de Dios" y los frutos, entonces, deben ser compasión, misericordia y todos esos que son atributos suyos.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
J. RUIZ
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