La lógica del amor, si es que el amor la tiene, no puede estar basada en el miedo, en el temor impuesto por una normatividad rigurosa, sino en la libertad, en el deseo amoroso de estar bien con aquel a quien se ama. No es que el amor pase por encima de la Ley sino que, al cumplirla con y por amor, hace que no se sientan sus rigores; se hace llevadera porque "mi yugo es suave y mi carga ligera" ya que Jesús "es manso y humilde de corazón". El cumplimiento de la Ley nos ayuda a vivir más plenamente el amor a Dios y a los demás, pero no olvidemos que la dignidad de la persona está por encima de cualquier ley y que ésta debe estar dirigida a protegerla.
Propósito: Hoy revisaré cómo cumplo las normas: si es porque "me toca" o porque de veras entiendo porqué debo hacerlo.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
J. RUIZ
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